20.5.13

Y que no me persigan los fantasmas esta noche


Querido Amor impreciso

Ven, llévame, no dejes que me vaya, no dejes que los demonios y fantasmas me roben en la noche, no permitas que mis miedos te incineren, no permitas que en mis pesadillas mi amor se consuma en el fuego del olvido.
Las manos frías, los ojos raros, la cabeza suelta, los cabellos despeinados, la ausencia que me pertenece está cada vez más distante, te me vas, desapareces cada segundo, ya ni podré ser poseedora de tu ausencia. Nunca fui dueña de tu cuerpo, de tu alma, quizás tal vez de tu sonrisa, pero no de tus falaces palabras, vendidas a cualquier mujer, rindiendo culto a tu putrefacta naturaleza varonil, que no puede abstenerse de ojos coquetos que lo sublimen. Te amo, te amo tan intensamente que me duele, duele tanto que ya no me deja bailar.
Quiere bailar? yo si, pero ya no sé si pueda, si tenga la fuerza, ya no estoy segura de poder seguir compaces o letras de canciones. Enséñeme a bailar, la anacronía me envuelve en su tedio, ese que entristece a todos los amantes, a los solitarios, a Gonzalo Arango, a mi, a ti. A ti, que no me extrañas, a ti que me pierdes paso a paso. A él, que subastó miradas, flirteos, que regalo caricias, caricias que nunca supo concederme a mi. 
Tu cuerpo tan ausente, comienza a ser parte de mi sombra, parte de mi nuca. Ya no sé escribir. Escribía cuando te amaba, cuando me amabas, cuando el miedo no ganaba la batalla, ahora, no me salen las palabras..ahora todo es más incoherente, ahora no entiendo que es lo siguiente.  

Te odio. Te amo

Te desapareces de la eternidad de la memoria, te pienso, pero ya no te recuerdo, te anhelo, pero ya no me destruyo, quisiera hacerlo, pero no sé la forma, perdí la noción del tiempo, se me fueron las luces, se me mueren los secretos, se me añejan las verdades, se me queman las veredas, me lloran las memorias, me susurran los silencios, me gritan las palabras. 
Necesito destruirme para amarte. Se me olvida como amarte, estoy entrando en un letargo, ya no recuerdo como olvidarte, ya no recuerdo como recordarte, se me borran tus sudores, se me pierden tus olores, se me desdibujan los contornos de tu cuerpo, se me esconden tus sonidos, ya no sé a que sabes, ya no siento la textura de tus labios, ya no sé como me mirabas, ya no sé.

Te despides sin una sílaba y te me escapas de las entrañas, como lo detengo? como te retengo? Quiero bailar y volar contigo, una eternidad o un día más, pero ya no quieres, no te quedas en mi cabeza, en mis páginas, ya no sé si te escribo a ti o a mi tristeza que te enaltece como el gran amor de mi destiempo. 

La esperanza está en el hilo rojo, tu me dijiste que no nos perderíamos, que estábamos juntos en el viaje, que me jalarías si notabas que me iba más lejos de lo necesario y que yo debía hacer lo mismo en caso de que te extraviaras.

  Qué frágil es el hilo rojo.