28.7.12

Ahora yo



Ahora yo, que no hago sino perderte entre miedos promiscuos e inertes anhelos.
Yo que te siento en la distancia, que te pregunto ante el espejo, que te extraño en el devenir de los minutos, que te incovo en la incredulidad de mis pasiones.
Yo, que me pierdo entre tiempos inexactos y caminos bifurcados, mientras anhelo tus manos y ojos sobre mi cintura, sobre mi camino, sobre mis pesares y sobre tus deseos.
Yo, que te espero en la anacronía de lo eterno en esa inexactitud de tus placeres, en esa ambiguedad de tus perfectos "yos".
Y yo..que espero en la infinitud del perfecto instante.

Untitled

Cuán efímera eres,
que desperdicio anacrónico
que insensatas verdades
que cobardía tan fiel.
Cuánto amor abandonado y abonado
cuánto llanto ante la ausencia
que larga eternidad insuficiente
que perpetua angustia



1:27 a.m

El peso aplastante de tu ausencia y el incesante devenir del tiempo corroe todo lo que soy, me consume entre anhelos expectantes y confianzas destrozadas, se entrecorta la mirada ansionsa de explicaciones salvadores pero inexistentes.
Todo sucede mientras los cantos divertidos de la gente errante desencantan la noche y su negrura espesa, esa que me absorve y abraza con ánimos de ahogarme; solo por que su sentido pésame se posa sobre mi, es que el incoherente paso de las letras dentro del reloj se presentan un vez más bajo el telón alucinante de la fantasía hecha pedazos por la realidad.

A ti. Traición.

Que incoherente, que cinismo deprimente, que doloroso pesar, que decepcioante realidad y que desagradable suciedad.
Tu boca profesa solo lo que tus oidos acostumbrados están a escuchar y ahora en la inconsciencia del pensar: asesino es el nombre de tu actuar. Insuficiente esta eternidad si no fuiste nunca capaz de luchar contra el instinto natural y en una hora cualquiera de un día poco especial, decidiste regalar el tiempo y el amor, a un cuerpo desconocido deseoso del sentir, pero inmeso en la ignorancia de la piel. Tú, entre ferias de sudores solo cruzas la meta que ni es pesadillas esperé jamás,
Ahora quedas sumida en la suciedad mundana del placer y la traición, disfruta entonces tu repugnante naturaleza humana para excusar tus miedos y ocultar la verguenza que te embarga, pues ya mañana no existirá sol o luna que aguante el lamento de tus pérdidas.