palabras dichas y órdenes dadas, pausas hechas e inicios impuestos,
decisiones impropias de una vida aniquilada el día de su nacimeinto,
vida entre cuadros y horarios, entre cuadernos, letras, mentiras perfectas,
verdades sucias, entre números y signos, unos cuantos besos y pocas caricias
misas dominicales, tareas obligatorias, persecuciones de modas impuestas,
hipocrecias anheladas de la elite añorada, cuerpos soñados en orgías ajenas,
vientos fuertes en arenas movedizas, almohadas suaves, y sábanas limpias,
mañanas aburridas y noches esperanzadoras,gatos perdidos, perros
insufribles, aves cantoras, relojes de mañana, tic tacs eternos y repetidos.
No existía opción de concurrir en error alguno de ortografía o de
alineamiento, todo estaba escrito por cuatro ojos anhelantes de éxito
efímero e irrelevante, orgullo real, felicidad incredula, perfección.
Perfección podridamente falsa.
